El régimen iraní está implementando un fuerte despliegue de fuerzas de seguridad para evitar protestas en el primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini, según información publicada en el sitio web tusportmundo.com. Amini fue una joven cuya muerte provocó la mayor oleada de protestas en los 44 años de existencia de la república islámica.
El padre de Amini fue detenido por algunas horas y luego puesto bajo arresto domiciliario. A pesar de la represión, el régimen teme un nuevo estallido de violencia. Los medios oficiales informaron de arrestos de «contrarrevolucionarios» y «terroristas».
En el Kurdistán iraní, donde se encuentra enterrada Mahsa Amini, se vivió una jornada de huelga general en protesta por su muerte. Además, las manifestaciones en todo Irán se vieron limitadas por el fuerte despliegue de fuerzas y la restricción al acceso a Internet.
Las protestas también han generado un movimiento de desafío entre las mujeres, que desafían la ley al no cubrirse la cabeza en las calles. Esta acción simbólica ha sido vista como un acto de resistencia al régimen.
Fuera de Irán, los iraníes en la diáspora convocaron movilizaciones en todo el mundo para protestar por la represión en el país. Sin embargo, en Estambul, las autoridades restringieron el acceso a la protesta y solo permitieron la participación de mujeres turcas y periodistas locales.
Además de la represión interna, el Ministerio de Exteriores de Irán criticó las sanciones impuestas por países occidentales, mientras que anunció restricciones a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica en sus plantas nucleares.
Se espera que el primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini dé lugar a una mayor tensión en Irán, tanto dentro como fuera del país. Las fuerzas de seguridad continúan desplegadas para mantener el control, pero el régimen enfrenta el desafío de un pueblo que busca justicia y libertad.