El conflicto entre la selección española femenina de fútbol y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha alcanzado un punto de inflexión. Un total de 20 jugadoras han reiterado su negativa a jugar los próximos partidos de la UEFA Women’s Nations League, mientras que 21 de las 23 jugadoras seleccionadas han aceptado jugar y viajarán a Suecia.
Sin embargo, dos jugadoras, Mapi León y Patricia Guijarro, han pedido abandonar la plantilla alegando que su situación es diferente. A pesar de esto, se ha logrado llegar a un acuerdo sólido y se han prometido cambios en el fútbol español en relación a la igualdad de género.
Afortunadamente, las jugadoras no enfrentarán sanciones por negarse a jugar inicialmente. Además, se crearán comisiones para implementar nuevos cambios en el fútbol femenino. La entrenadora Montse Tomé seguirá en su cargo después de reunirse con las jugadoras.
Las jugadoras han exigido cambios en la RFEF y la federación se ha comprometido a realizarlos de manera inmediata. El conflicto se ha intensificado después de que Luis Rubiales, presidente de la RFEF, diera un beso no deseado a una jugadora durante la ceremonia del Mundial. Como resultado, Rubiales ha dimitido de su cargo y se están investigando posibles cargos en su contra.
Este conflicto entre las jugadoras y la federación viene de hace más de un año, pero a pesar de los problemas, la selección española ha logrado ganar el Mundial femenino. Ahora, la RFEF espera iniciar un nuevo capítulo en el fútbol femenino tras los cambios en el cuerpo técnico.
Además, la RFEF ha anunciado un cambio de nombre para las selecciones nacionales masculina y femenina, en busca de una mayor igualdad en el fútbol español.
Con este acuerdo y los cambios prometidos, se espera que el conflicto entre la selección española femenina de fútbol y la RFEF llegue a su fin, abriendo así una nueva etapa en el fútbol femenino de España.
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