Un rayo cósmico de ultra-alta energía, llamado Amaterasu en honor a la diosa del sol de la mitología japonesa, ha impactado contra la Tierra dejando perplejos a los científicos. Este fenómeno tiene un millón de veces más energía que el acelerador de partículas más potente jamás creado por el hombre.
El descubrimiento ha sido realizado por la Universidad Metropolitana de Osaka y ha dejado a los astrónomos desconcertados, ya que no encuentran ningún objeto en nuestra galaxia ni fuera de ella que pueda explicar su procedencia. Los rayos cósmicos de alta energía son excepcionalmente raros y se cree que provienen de entornos más energéticos fuera de nuestra galaxia.
Se piensa que estos rayos se originan en fenómenos violentos como explosiones de supernovas, colisiones de estrellas o cuando un agujero negro engulle una nube de gas. Tienen suficiente energía para ionizar átomos y dañar electrónicos, informáticos o tejidos biológicos.
El experimento Telescope Array ha estado detectando estos rayos desde 2008, pero Amaterasu ha sorprendido a los científicos con su nivel de energía sin precedentes, comparable al rayo cósmico más energético jamás observado, llamado Oh-My-God.
Aunque aún se desconocen las fuentes y producción de estos rayos cósmicos, su detección podría allanar el camino a los científicos en el estudio de estos fenómenos. Por otro lado, los rayos cósmicos cambian de dirección debido a los campos magnéticos en el espacio interestelar e interactúan en la atmósfera terrestre, formando una lluvia de partículas subatómicas energéticas.
Este descubrimiento abre nuevas puertas en la investigación científica y sin duda generará un gran interés en la comunidad astronómica. Seguiremos atentos a los avances que se realicen en el estudio de estos fenómenos y su posible origen.
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