En los últimos años, se ha registrado un alarmante aumento en el consumo recreativo de fentanilo a nivel mundial, especialmente en Estados Unidos. Según las estadísticas, las muertes por sobredosis de esta droga han aumentado más del 90% entre 2018 y 2021, alcanzando aproximadamente 70,000 fallecimientos en el último año mencionado.
El fentanilo, conocido como la «droga zombi», es un opiáceo sintético que actúa en el sistema cerebral de recompensa, afectando el placer, la memoria y el aprendizaje. Es 50 veces más potente que la heroína y su toxicidad y potencial adictivo superan a los de la morfina y la heroína.
Una de las principales razones de este aumento en el consumo de fentanilo en Estados Unidos se atribuye a la falta de coordinación y regulación en el sistema de salud privado, lo que facilita el acceso a estas drogas y aumenta el potencial de abuso y adicción.
En España, aunque el consumo de fentanilo no es tan preocupante como en Estados Unidos, ocupa el cuarto lugar en consumo en la OCDE, después de Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido. El fentanilo se utiliza como analgésico en el país y su consumo ha aumentado en los últimos años.
Es necesario destacar que la combinación del fentanilo con otras sustancias como el alcohol, la heroína o la metadona ha impulsado esta tendencia, aumentando el riesgo de adicción, sobredosis y muerte. Por ello, es fundamental establecer una mayor vigilancia y control en la dispensación de esta droga, así como una educación adecuada sobre su uso para evitar riesgos innecesarios.
Ante esta preocupante situación, tanto en Estados Unidos como en España, se requiere un mayor enfoque en la prevención y la lucha contra el consumo de fentanilo. Las autoridades sanitarias deben trabajar en conjunto para implementar medidas eficaces que eviten el fácil acceso a esta droga y promuevan la conciencia sobre los riesgos asociados a su consumo.
En conclusión, el alarmante aumento en el consumo recreativo de fentanilo, especialmente en Estados Unidos, ha generado preocupación a nivel mundial debido a sus efectos devastadores. España también enfrenta un incremento en su consumo, lo que plantea la necesidad de una mayor vigilancia y control en la dispensación y educación sobre su uso adecuado. La lucha contra el fentanilo debe ser una prioridad global para evitar más muertes y tragedias.
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