El relevo sorprendente de Urkullu por Pradales destaca las divisiones internas dentro del PNV
El pasado lunes, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) sorprendió a todos con un inesperado cambio de liderazgo en el Gobierno autónomo vasco. El hasta entonces presidente, Iñigo Urkullu, dimitió de su cargo y fue reemplazado por Igor Pradales, un miembro del partido que, hasta ahora, había mantenido un perfil bajo.
Este sorprendente relevo ha puesto de manifiesto las divisiones internas que existen dentro del PNV. Según fuentes cercanas al partido, el descontento por los malos resultados electorales en las últimas elecciones autonómicas y el apoyo mostrado por Urkullu hacia el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su visita a Madrid, han causado una profunda ruptura entre el Gobierno y el partido.
Esta situación recuerda, en cierta medida, a lo vivido por Carlos Garaikoetxea, líder del PNV en los años 80. En aquella ocasión, Garaikoetxea fue destituido tras una serie de conflictos internos y diferencias ideológicas en el seno del partido.
La crisis interna que ahora vive el PNV pone de manifiesto la fragilidad y los desafíos a los que se enfrenta este partido nacionalista. Aunque tradicionalmente ha sido uno de los actores políticos más influyentes en la región, las recientes disputas internas y los resultados electorales desfavorables ponen en peligro su liderazgo y su poder de negociación.
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