El asteroide Bennu es considerado «potencialmente peligroso» debido a su tamaño y órbita cercana a la Tierra, según informa el último cálculo del CNEOS. Con una probabilidad de choque de una entre 1.800, existe una preocupación genuina por la posibilidad de que impacte contra nuestro planeta.
Sin embargo, el acercamiento más peligroso de Bennu no ocurrirá hasta septiembre de 2182, con una probabilidad de choque de una entre 2700 o 0,037%. En caso de un impacto, se estima que Bennu liberaría cerca de 1.421 megatones de energía, que es 28 veces más que la Tsar Bomba, la mayor bomba nuclear creada por la humanidad.
Afortunadamente, en la misión OSIRIS-Rex de la NASA, se han recogido muestras de Bennu que serán enviadas a la Tierra el domingo 24 de octubre. Esta misión es crucial para comprender mejor la composición y características de este asteroide, así como para diseñar estrategias de defensa contra futuros asteroides potencialmente peligrosos.
Además de la misión a Bennu, la NASA tiene planes de enviar una misión al asteroide Apophis, que en el pasado también se consideró peligroso para la Tierra. Estas misiones son fundamentales para ampliar nuestro conocimiento sobre el origen del sistema solar y la Tierra, así como para desarrollar medidas de prevención y defensa contra posibles impactos en el futuro.
En definitiva, el estudio y exploración de asteroides como Bennu y Apophis no solo nos permite aprender más sobre el universo y nuestro lugar en él, sino también nos brinda herramientas y conocimientos que podrían ser vitales para proteger nuestro planeta de posibles amenazas espaciales.
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