La farmacéutica catalana Grifols ha sufrido una semana devastadora, en la cual ha perdido 3,200 millones de euros en su valor de mercado en tan solo cuatro días. Esto fue consecuencia de las dudas que la firma de investigación Gotham City Research planteó sobre las cuentas de la empresa, lo que provocó una caída del 39% en el precio de las acciones.
Según las acusaciones de Gotham City, Grifols habría maquillado su deuda real y presentaron pruebas de ello. Esta situación ha generado una gran preocupación en los inversores y ha llevado al desplome de la cotización de la compañía.
Grifols, que en febrero de 2020 había alcanzado su valor máximo en bolsa, se vio fuertemente afectada por la pandemia de coronavirus, la cual afectó su suministro de plasma. Para reducir su endeudamiento, la empresa decidió adquirir centros de abastecimiento de plasma.
Además, con el objetivo de recortar gastos y reducir su deuda, Grifols propuso un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que implicaba despidos tanto en Estados Unidos como en España. También anunciaron la venta del 20% de su participación en Shanghai Rass a Haier Group.
Estos movimientos se dieron al mismo tiempo que Thomas Glanzmann asumía el cargo ejecutivo y Víctor Grífols Roura abandonaba la primera línea de la empresa. Sin embargo, la publicación del informe de Gotham City Research acusando a Grifols de ocultar deuda y maquillar sus números ha sido un duro golpe para la empresa.
Grifols ha negado todas las acusaciones y ha anunciado medidas legales contra Gotham City Research. Ante esta situación, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha requerido más información a Grifols sobre las operaciones mencionadas en el informe de Gotham City. El papel de la CNMV como supervisor bursátil es crucial para evitar una crisis en los mercados en caso de que surjan dudas sobre la contabilidad de la empresa.
Esta situación ha generado incertidumbre en los mercados financieros y ha puesto en tela de juicio la reputación de Grifols. La empresa deberá enfrentar estos desafíos y demostrar la transparencia de sus cuentas para recuperar la confianza de los inversores.
«Infuriatingly humble tv expert. Friendly student. Travel fanatic. Bacon fan. Unable to type with boxing gloves on.»