El glaciar 79°N en Groenlandia se derrite a un ritmo alarmante, según un informe del Instituto Alfred Wegener. Desde 1998, el espesor del glaciar ha disminuido más de 160 metros por año, debido a la alta temperatura del agua cálida del océano que fluye bajo la lengua del glaciar.
Un equipo de investigación en The Cryosphere ha observado la formación de lagos en la superficie y canales en el hielo que se dirigen hacia el océano. Para estudiar este fenómeno, se desplegaron dispositivos de medición con tecnología de radar en un campamento en el noreste de Groenlandia.
El calentamiento global ha provocado una fuerte inestabilidad en la plataforma de hielo, haciendo que el glaciar se haya vuelto un 32% más delgado desde 1998, especialmente en la línea de tierra. Se atribuyen estos cambios al calentamiento atmosférico y a las corrientes oceánicas cálidas.
Aunque las tasas de derretimiento han disminuido desde 2018, posiblemente debido a una afluencia oceánica más fría, se espera que la lengua de glaciar flotante se rompa en los próximos años o décadas. Esta situación plantea un desafío importante para la comunidad científica, que busca comprender y mitigar los efectos del cambio climático en el Ártico.