En la emocionante semifinal entre los equipos madrileños del Real Madrid y el Atlético de Madrid, el estadio Al-Awwal Park de Riad se convirtió en un mini-Bernabéu. Los aficionados locales, en su mayoría, mostraron su entusiasmo y apoyo a los jugadores de Ancelotti.
Sin embargo, todo cambió abruptamente cuando Toni Kroos fue sustituido por Luka Modric. El público empezó a silbar a Kroos cada vez que tocaba el balón, repitiendo esta reacción en varias ocasiones. Estos constantes abucheos fueron sorprendentes, ya que se esperaba que la afición saudí apoyara al Real Madrid.
La razón detrás de esta hostilidad es que Kroos se pronunció en contra del boom del fútbol saudí y del fichaje de Gabri Veiga por la liga de Arabia Saudita. El futbolista alemán afirmó que jugar allí era una decisión en contra del fútbol que todos amamos. Estas declaraciones no fueron bien recibidas por la afición saudí, quienes manifestaron su rechazo de forma contundente y repetitiva.
El incidente tuvo un impacto notable en el ánimo de los aficionados del Real Madrid, quienes vieron cómo el apoyo al equipo se vio afectado por la actitud de Kroos. A pesar de esto, el equipo dirigido por Ancelotti logró mantenerse concentrado y se hizo con la victoria, asegurando su lugar en la gran final.
Este enfrentamiento entre los equipos madrileños en suelo saudí no solo ha sido un choque de fútbol, sino también una muestra del poder que tienen las palabras y acciones de los jugadores en el mundo del deporte. Ahora, el Real Madrid deberá enfrentarse a un desafiante rival en la final, mientras que Kroos tendrá que reflexionar sobre las consecuencias de sus acciones y palabras en un deporte que une a personas de diferentes culturas y nacionalidades.
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