Un reciente estudio realizado por la Universidad de Limerick en Irlanda y publicado en National Library of Medicine ha revelado que realizar breves períodos de actividad física ligera, como caminar después de las comidas, puede tener un impacto significativo en la reducción de los niveles de azúcar en sangre.
Según la investigación, factores como el sedentarismo, el teletrabajo, la disponibilidad de comida procesada y la facilidad de acceso a la tecnología digital contribuyen en gran medida a niveles elevados de azúcar en la sangre. Por lo tanto, caminar después de comer no solo aumenta la sensibilidad del cuerpo a la insulina, sino que también utiliza la glucosa como fuente de energía durante el ejercicio.
Además, caminar después de comer ayuda a reducir el estrés al evitar la liberación de la hormona cortisol, que puede afectar la regulación de la glucosa en el cuerpo. Pequeños gestos como levantarse después de cada comida y dar un breve paseo a ritmo moderado durante unos minutos pueden ser beneficiosos para reducir los niveles de azúcar en la sangre.
Incorporar aproximadamente 28 minutos de caminata diaria en pequeños paseos intermitentes a lo largo del día puede tener un impacto considerable en la reducción de la glucosa en el cuerpo. Por lo tanto, dedicar tiempo a realizar actividad física ligera después de cada comida puede ser una estrategia efectiva para mantener niveles saludables de azúcar en sangre y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la diabetes.
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