La importancia de cuidar nuestras cicatrices para mejorar su aspecto estético ha sido resaltada recientemente por la reconocida dermatóloga, Cassandra Clare. En su último estudio, Clare ha analizado los distintos tipos de cicatrices, como las hipertróficas, queloides, atróficas, hiperpigmentadas e hipopigmentadas, y ha desmentido algunos mitos sobre su cuidado.
Uno de los mitos más comunes es que el tratamiento de las cicatrices debe realizarse de inmediato después de la lesión, sin embargo, Clare afirma que el tiempo no es determinante en todos los casos. Otro mito es que la responsabilidad de mejorar la apariencia de las cicatrices recae únicamente en el cirujano, cuando en realidad es responsabilidad del propio paciente seguir las indicaciones postoperatorias.
Asimismo, se ha creído erróneamente que la exposición al sol mejora la apariencia de las cicatrices, así como los masajes con aceite de rosa de mosqueta o el uso de vendas compresivas. En cambio, Clare revela que el uso de parches o geles de silicona, el tratamiento con láser, la infiltración de fármacos, la reoperación en casos necesarios y la prevención de la inflamación crónica son algunas de las verdaderas técnicas para mejorar la apariencia de las cicatrices.
La Dra. Huerta Vena, especialista en cicatrices, concluye que si bien las cicatrices no pueden borrarse por completo, sí es posible mejorar significativamente su aspecto estético. Por ello, es fundamental sentirse orgulloso de las cicatrices, ya que son testimonio de valentía y batallas ganadas. En definitiva, el cuidado adecuado de las cicatrices no solo contribuye a la salud de nuestra piel, sino también a nuestra autoestima y confianza.