La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha puesto fin a la angustia que envolvía a la familia del futbolista Luis Díaz al liberar a su padre, Luis Manuel Díaz Jiménez, quien había sido secuestrado hace 12 días en la localidad de Barrancas, ubicada en el noreste de Colombia.
La buena noticia llegó cuando Díaz fue liberado en los alrededores de la serranía de Perijá, en el departamento de La Guajira. Esta liberación fue posible gracias a la mediación de la ONU y la Iglesia Católica, quienes conformaron una comisión encargada de negociar con los secuestradores.
Para asegurar que se encontraba en buen estado de salud, Díaz fue trasladado en una camioneta negra desde Valledupar hasta un centro médico donde fue sometido a una revisión exhaustiva. Posteriormente, un helicóptero lo llevó de regreso a Barrancas, donde sus vecinos lo esperaban con carteles de bienvenida y música.
Aunque el acceso de la prensa a la vivienda de Díaz fue limitado, se pudieron observar imágenes de sus familiares y amigos agitando carteles de bienvenida, evidenciando la alegría por su liberación. En medio de la emoción y la gratitud, Díaz no dudó en agradecer al pueblo barranquero, a La Guajira y al pueblo colombiano en general por el apoyo recibido durante este difícil episodio de su vida.
Además, el padre del futbolista extendió su agradecimiento al presidente colombiano, Gustavo Petro, por las gestiones realizadas para lograr su liberación. La importancia de contar con el respaldo del Gobierno en situaciones como esta es fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
Sin duda, esta liberación ha sido un motivo de alegría para no solo para la familia de Luis Díaz, sino también para todo el país, demostrando que la cooperación de instituciones como la ONU y la Iglesia Católica puede marcar la diferencia en la resolución de conflictos. El secuestro de Luis Manuel Díaz Jiménez ha dejado una enseñanza de unidad y solidaridad en la sociedad colombiana, reafirmando el valor de la vida y la importancia de trabajar juntos en la construcción de un país más seguro y en paz.
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