Desconectar y disfrutar de unas vacaciones en un hotel es una de las mayores ventajas que ofrecen los establecimientos de todo el mundo. Para muchos viajeros, especialmente aquellos que llegan desde lugares lejanos, la opción de hospedarse en un hotel «todo incluido» resulta especialmente atractiva. Sin embargo, el diario 20 minutos ha revelado recientemente un truco que utilizan los hoteles para no perder dinero con este tipo de servicios.
Muchos alojamientos utilizan el reclamo del buffet libre para atraer a los clientes. El concepto de «todo incluido» incita a los viajeros a probar de todo y en grandes cantidades para amortizar lo pagado. Sin embargo, los hoteles no pierden dinero con esta oferta, sino que han encontrado una estrategia rentable.
Según revela el estudio realizado por el diario, a partir del tercer día de su estancia, los viajeros cambian su comportamiento a la hora de comer. Moderan sus porciones, no llenan tanto sus platos, dejan de consumir alcohol durante las comidas y reducen la variedad de alimentos. ¿La razón? Los huéspedes comienzan a sentirse más llenos y satisfechos con sus anteriores excesos gastronómicos.
Esta estrategia permite a los hoteles no incurrir en pérdidas económicas al ofrecer el servicio de «todo incluido». Aunque al principio los viajeros se dejan llevar por la tentación de probar de todo en grandes cantidades, al cabo de unos días su apetito se modera y ya no se sienten tan motivados a comer en exceso.
Por lo tanto, los hoteles han encontrado una forma de equilibrar sus cuentas y asegurarse de que el servicio de «todo incluido» no les suponga un gasto excesivo. De esta manera, los viajeros pueden disfrutar de unas vacaciones relajadas y no tener que preocuparse por los gastos adicionales.
En conclusión, los hoteles utilizan el reclamo del buffet libre para atraer a los clientes y ofrecerles un servicio de «todo incluido». Sin embargo, han descubierto una estrategia rentable: a partir del tercer día de estancia, los viajeros moderan su consumo alimenticio, lo que permite a los establecimientos no perder dinero con esta oferta. Así, todos salen ganando: los hoteles llevan a cabo una estrategia rentable y los viajeros pueden disfrutar de unas vacaciones sin preocuparse por los gastos adicionales.
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